domingo, 1 de noviembre de 2009

EL FESTIVAL GASTRONÓMICO

Esta semana ha sido de andanzas y buen turismo. Desde la sección de portugués del Ateneo me dicen que en Santarem hay un festival gastronómico, el XXIX Festival Nacional de Gastronomía de Portugal y decidimos que merecía la pena tomarnos uno días de vacaciones. Además teníamos pendientes algunas visitas nunca materializadas en esa ruta, por lo que mataríamos dos o más pájaros de un solo tiro.
Problema: Imposible encontrar hotel en esos días en Santarem o sus alrededores. Bueno, nos vamos a Caldas da Rainha, a unos 40 kilómetros y problema resuelto.
Vaya por delante decir que hacer turismo por Portugal es bastante barato. Todavía un café cuesta 0'60 € (0’55 € en algún caso) y un tubo de cerveza (Lo llaman "imperial") cuesta 0'90 € (0''75 € en algunos sitios) y puedes comer opíparamente por menos de 20 € todo incluido. Por la docena de ostras me cobraron 12''78 €. El número es raro porque las cobran al peso: 730 gr. X 17'50 €/Kg. y una habitación de hotel 3***, para dos personas, desayuno incluído puede costar unos 40 € o poco más.

Fachada del Convento de Cristo

Empezamos nuestra visita por Tomar y su famoso Convento de Cristo, que es Patrimonio de la Humanidad. Solamente por esto, ya mereció la pena el viaje entero.
Pasamos la mañana visitando el Monasterio y el castillo templario. Agotados, comimos unos petiscos en la cafetería del convento. Quiero decir, nos los comimos todos.

La ventana manuelina
Continuamos el viaje visitando Ferreira de Zézere y su precioso lago azul. El paisaje es una auténtica maravilla; pero estaba todo cerrado. No vimos a nadie, ni había abierto sitio alguno en que tomarse un café.


El lago azul

Llegamos a nuestro hotel en Caldas y, después de una ducha y cambio de ropa, todavía tuvimos humor para cenar y dar un paseo por el centro. Hacía una noche deliciosa.
A la mañana siguiente, visitas en Caldas a los museos de escultura y de cerámica.
En Santarem buscamos información en la oficina de turismo y, a las doce, hora de apertura del Festival estábamos sacando las entradas.
Primero una vuelta por los pabellones de artesanía. Luego los de quesos y embutidos, dejando para el final los puestos de los dulces con la promesa de volver para comprarlos todos. (Ella, que yo, ni probarlos).

Un plato de lapas asadas

Y ahora, lo importante, que para eso hemos llegado hasta aquí: LAS TASQUINHAS.
En este festival no son los restaurantes los que se presentan, sino que lo hacen por regiones: Minho, Ribadetejo, Algarve, Alentejo...etc. Después de activar los jugos gástricos inspeccionando con sumo interés una a una las tasquinhas, nos decidimos por tomar mesa en la de Madeira. Había lapas. No las había vuelto a ver desde que en el 95 estuvimos allí. Pedimos, por supuesto, las lapas y pez espada con salsa de maracuyá y el plato típico de Madeira, la "espetada en pau de louro", que es como un pinchito moruno pero diez veces más grande que utiliza como brocheta una rama de laurel, que le comunica un sabor muy especial.


Espetada regional en palo de laurel
Otra vuelta por el pabellón de dulcería para comprar suspiros, mermeladas y poco más. A las cuatro de la tarde cerraban y nos fuimos a hacer la ruta que nos habían marcado por la mañana en la oficina de turismo para rebajar los efectos de la pitanza. Terminamos la visita en un parque maravilloso, con un mirador sobre el Tajo (Perdón, Tejo), absolutamente espectacular, en el que estuvimos hasta que, prácticamente, se nos hizo de noche.
Regreso a Caldas, paseo, cena en un restaurante en el que el dueño, en el colmo de la simpatía, se empeñó en hacernos probar de todo. Nos puso entre otras cosas una tapa de mollejas de galinha tan rica que no me será fácil olvidar. Acepipes, dos caldos verdes, un lenguado perfecto acompañado de açorda para dar de comer a un regimiento y un bife de ternera que no cabía en el plato y tan tierno que no era necesario el cuchillo para cortarlo, café y una especie de flan que no se cómo se llama fue el festín que nos dimos como cena. El sitio se llama "O Selim", por si os interesa.



La plaza del mercado de la fruta de Caldas da Rainha
Caímos a plomo en la cama. Cuando mi cabeza tocó la almohada, ya iba dormido.
La plaza mayor de Caldas es, a la vez, plaza de la fruta. Todos los días los hortelanos montan puestos con sus productos y no era cuestión de perdérselo. Había de todo.
Compré chayotes y pochas. Dos cosas que por aquí, ni de broma. También había cantidad de verduras y hortalizas desconocidas para nosotros.


Foz D´Arelho
De regreso, una visita a Foz d´Arelho y la imprescindible a Peniche.
Esta vez cambiamos el Nau dos corvos por el puerto de arena, en una de las marisquería que hay por allí. La inevitable ensalada de pulpo, otra ensalada de buzzos (Búsanos o cañaíllas), una cesta de pan tostado y la ya referida docenita de ostras.

Ostras fresquísimas.

Nos pasamos por Almeirim con la intención de dar buena cuenta de la famosa sopa da pedra; pero nuestro estómagos tienen un límite y desistimos del intento antes de empezar.
LLevamos tres días a base de verduritas, chayotes hervidos, ensaladas y esas cosas así. Que mañana es día de fiesta y de festín, que ya tengo preparados dos pestorejos para hacerlos a la brasa.

18 comentarios:

carmenpiva dijo...

¡Qué forma tan placentera e inteligente de aprovechar el tiempo y disfrutarlo! Es muy agradable leer entradas como ésta.
Un saludo

Unknown dijo...

¡Eso es disfrutar de unos días de vacaciones! menudo viaje más aprovechado, y que ostras, y que lapas, y que todo..., que maravilla . Un abrazo

Tita dijo...

¡Qué gusto, vosotros sí sabéis moveros! Muy bien relatado, casi casi he podido saborear todo esas delicias que habéis probado.
Un abrazo

Valdomicer dijo...

Carmenpiva:
Gracias por tu comentario.
Una de las ventajas de la jubilación es viajar sin estar pendiente de vacaciones, puentes o fines de semana.
Abrazos.

Valdomicer dijo...

Elvira:
Nunca salimos de vacaciones en el verano. Está todo lleno.
Si embargo ahora, la atención es mejor así que nos aprovechamos.
Besos.

Valdomicer dijo...

Tita:
Y ves. Conste que estaba todo programado, eso de salir a la aventura ya no es para nosotros. Tampoco renunciamos a ver las cosas interesantes que vayan surgiendo.
Besos.

Anónimo dijo...

Eso sí que es un festival gastronómico en toda regla... en Londres, buf, ni parecido. Me destapé con una ensalada de pasta con la que gozamos todos los presentes (y aún sobraron dos tuperwares el domingo tarde) y ayer comimos dim-sum y más cosas raras en un restaurante de Chinatown.

Por la noche, ya en casa de la familia con la que estoy, si que gocé con la comida; la niña hizo una sopa de pescado con gengibre que estaba buena y la mamá preparó una ensalada de canónigos con langosta y luego sacó crackers con cinco o seis tipos de queso acompañados con apio. Era una cena para los amigos y había que lucirse y, mm, se lució. Esta mañana cuando me he levantado aún estaba lleno de anoche.

Aunque, repito, tu viaje ha sido mejor que el mío.

Perol y Mortero dijo...

Que envidia de viaje, tanto por la ciudad como por la gastronomía, y que pasada asistir al festival. Como ya te he dicho, envidia sana que me das.

Un abrazo

Nina dijo...

Pues a mí lo que me da envidia es la estupenda narración del viaje.
Pones tan alto el listón que cualquiera se atreve ahora con Marvâo...
¡¡Genial!!
Un beso.

Dolita dijo...

Me ha encantado todo lo que cuentas y como lo cuentas. El convento, precioso. Los paisajes, bellísimos. No me extrañan esos tres días a verdura pero al cuarto ¿pestorejo? hace siglos que no lo tomo, así a la brasa... ¡qué recuerdos de la Sierra Norte de Sevilla¡
Me alegra mucho que disfrutarais tanto.
Besos

Pedro dijo...

¡Dios Santo, qué forma de papear...!
Yo hubiera disfrutado como un niño en una tienda de chuches con barra libre.
Por fín me siento un ratito al ordenata, me meto en tu blog y me encuentro esto ¡qué gozada!
Esta semana la tengo un poco apretadilla porque tengo amigos de visita (¡me encanta!) pero ya a fines de semana me pondré un poco al día y veré de estrujaros la mente si puedo.
Un abrazo.

Celes dijo...

Esto es un festival como Dios manda....

Bsss

Valdomicer dijo...

Swyx:
Describes perfectamente lo que es la "cocina inglesa". Nada con muchas cosas.
Lo que allí llaman langosta es una especie de bogavante que abunda relativamente en las costas del sur.

Valdomicer dijo...

Perol Y Mortero:
Envidia, no. Aunque tengo que reconocer que a veces da más pereza coger el coche para ir a diez kilómetros que para ir a trescientos. El caso es tener ganas de hacer el viaje.
Besos.

Valdomicer dijo...

Nina:
¿A tí no te ponían en la escuela ejercicios de redacción? Pues con sacar un cinco, ya se aprueba.
Le diré a tu "seño" que te poga para este fin de semana uno que diga: "Viaje a Marvâo". Y te sacas un diez.
En mi caso es que los ejercicios me los corrige la directora del "insti" en persona y me hace copiar cien veces las faltas, y me queda sin recreo, y me manda a la cama sin calcetines. Y no séa quién recurrir.
Besos.

Valdomicer dijo...

Dolita:
¡Pues sí!. El domingo hubo pestorejo. Comprado estaba desde el jueves, que después te puedes quedar sin él. Ibérico, del mejor. Y sin una pizca de grasa, que la gente se cree que eso es muy grasiento..... están en un grave error. La prueba está en que, puesto sobre la brasa, no hace ninguna llama. Lo puedes poner sobre papel absrvente y quedará seco. ¡¡¡¡Ni pizca de grasa!!!! ¡Ea!.
Si el que sabe, sabe. Viva en la Sierra Norte de Sevilla o en Vitigudino de los Montes.
Besos.

Valdomicer dijo...

Pedro:
Cuida a tus amigos, que eres lo más valioso que tienen.
Y cuida tu ordenata o tendrás que ver la tele.
Este fin de semana tampoco vas a poder contar conmigo, me voy a Lisboa, que mi niña pequeñita ha encontrado trabajo basura allí y allí se ha ido. Y tengo que ir a por ella y a ver si se lleva SU COCHE DE UNA VEZ Y.... En fin: Amor de padre.
Otro abazo para tí.

Valdomicer dijo...

Celes:
Si dios mandase, no habría estos paraísos de la gula, que, como todo el mundo sabe, son pecado.
Besos.