miércoles, 21 de octubre de 2009

CORDERO ASADO

Ni debemos renunciar al progreso ni podemos olvidar el pasado.
Cocinar en recipientes de silicona dentro de un microondas (Que no es un horno, ni mucho menos, aunque nos empeñemos en ello) y guisar en ollas superrápidas al calor de cocinas de inducción tiene su encanto. Es veloz, limpio, silencioso y cómodo, sobre todo cómodo.
Cocinar, por ejemplo en horno es sencillísimo. Se enchufa a la red eléctrica, se aprieta el botón On-Off, se selcciona la fuente de calor (Arriba o abajo), el tiempo, la temperatura y....listo.
Peeero...., y este es mi caso, ¿Qué pasa cuando te traen un cordero entero y te dicen que tienes que hacerlo en horno de leña? Sí, sí, a la antigua....
Pues así fue. Me trajeron un corderito (Unos diez kilos en canal) para homenajear al inglés, que ha estado aquí unos cuantos días y me "aconsejaron" que sería conveniente hacerlo al horno de leña al estilo tradicional, al de toda la vida. Y servidor, que es muy complaciente, se avino a la demanda.
Es muy sencillo: Sólo tres ingredientes, cordero, sal y agua.
Lo peor viene ahora. Hay que levantarse temprano ¿Qué os parece las seis y media?, porque yo, si no leo el periódico (Tres o cuatro) antes de que se seque la tinta, no soy nadie. Además tengo que tomarme dos cafés (negro y sin azúcar, que es como el café sabe a café). Y de paso comprar pan para una docena de comensales devoradores titulados de cordero.

Hay que limpiar el horno, que la última vez que lo utilizamos lo dejamos como unos zorros, poner unos papelitos, unas piñas, leña menuda. Encima leña fina y, después leña más gorda. Hay que prenderle fuego y esperar alrededor de dos horas, hasta que la bóveda del horno se haya puesto blanca. Mientras tanto hay que mantener el fuego vivo añadiendo cuanta leña sea necesaria.
Colocar el cordero en fuentes, bandejas, rustideras o recipientes aptos para el fuego y restregarlo con sal. Poner un poco de agua en cada recipiente y ponerlos dentro del horno.
Este que veis, tardó una hora y veinte minutos en estar hecho. En su punto.

Lo acompañamos de una "ensalada fresquita" elaborada con tres lechugas, tres pimientos verdes, un ramo de hierbabuena picadita, aceite, vinagre y sal.

Un buen vino tinto joven fue el complemento ideal. Luego, los muy sinvergüenzas tarjeron pasteles que ni pude probar porque, como todo el mundo sabe... Soy diabético.
Eso sí, me aplaudieron hasta ruborizarme.

lunes, 19 de octubre de 2009

LA BICHA

En Junio fue la inesperada visita de un bebé de erizo, en Agosto la manada de jabalíes.
Ayer domingo la visita fue de esta pobre despistada que no sabía dónde se había metido.
De súbito se vió asediada por tres perros y dos gatos que la acosaban con la noble intención de comérsela cruda y sin sal.
Afortunadamente para ella salimos los humanos al rescate y pudo escapar con vida (al menos, eso creo y deseo).
Reconoced conmigo que es un bicho realmente bonito -quise decir bello- y que es nuestra cultura (¿Incultura?) judeo-cristiana la que nos las hace antipáticas.
Por si acaso, para hacer la foto, utilicé el zoom máximo.

sábado, 17 de octubre de 2009

ACEITUNAS "ALIÑÁS"

He estado mirando los olivos. A pesar de no haber llovido, las aceitunas de verdeo están en su punto, hasta un pelín pasadas. Mañana cogeré unos kilillos para rajarlas y aliñarlas.
La mejores para esto son las manzanillas cacereñas. También son las ideales para esperar a que estén negras; pero a mí no me gustan tanto.
Antes preparábamos un montón de kilos, ahora con "un puñao" nos apañamos.
Hay que recogerlas, lavarlas, rajarlas y luego ponerlas en agua que hay que cambiar a diario hasta que estén "dulces". Después hay que aliñarlas.

Como para eso faltan varios días, he "aliñao" unas aceitunas de las del super.
Probadlas, están buenísimas y no son las aburridas aceitunas de siempre.
Aliño 1.-
Aceitunas de bolsa (o de bote) deshuesadas.
Orégano, tomillo y romero.
Pimiento rojo.
Una ramita de apio.
Un chorrito de aceite de oliva.
Verter las aceitunas, sin su caldo, en un bol. Lavarlas con agua para quitarles parte de la sal. Echar un pellizco de cada una de las hierbas, según gusten. Cortar el pimiento en trozos del tamaño aproximado de las aceitunas y el apio en rodajas y agregarlos al bol. Echar un chorrito de aceite de oliva. Mezclar. Dejar reposar unas horas y servir.

Aliño 2.-
Un tarro de aceitunas cacereñas negras deshuesadas.
Un ajo machado.
Un pellizco de comino molido.
Un pellizco de pimentón. (Yo lo puse picante).
Un chorrito de aceite de oliva.
Estas no hace falta lavarlas, no suelen venir excesivamente saladas. Por lo demás, es lo mismo que las anteriores.
Ponedlas cuando vengan los amigos, y os preguntarán que dónde compráis esas aceitunas tan ricas.

jueves, 15 de octubre de 2009

UN PERSONAJE SINGULAR: HELÉNIDES DE SALAMINA

Helénides de Salamina era el "Alter ego" de D. Ángel Rodríguez Campos. Maestro Nacional en Casar de Cáceres desde 1913 hasta su fallecimiento en 1956.
Este pintoresco personaje vestía túnica, calzaba coturnos y ceñía sus rizos con una diadema, atuendo que se fabricaba él mismo.



Comía reclinado sobre el triclinium, cultivaba su jardín y su pequeño huerto.
Pese a su excentricidad, era profundamente respetado. Adoraba a sus alumnos, a algunos de los cuales llegó a pagarles la carrera.
Hablaba latín y griego clásicos como si fueran su lengua materna. Se carteaba en griego con D. Miguel de Unamuno, del que fué alumno y en cuya cátedra llegó a impartir clases.
Escribió libros de poesía y prosa en latín.
Su obra principal, "El Panelenio", escrito en tercetos, consta de veinte libros y 21.000 versos, es comparable a La Iliada o La Odisea, a La Enéida y Os Lusíadas.
Del Panelenio se ha dicho "Que es regalo para los mejores paladares literarios" o "Tercetos tan bellos merecen figurar entre los buenos del Siglo de Oro".

lunes, 5 de octubre de 2009

SOPA DE PIEDRA. TRADUCCIÓN AL CASTELLANO DEL TEXTO PORTUGUÉS

Ante el clamor popular, y en atención a las presiones sufridas, he decidido traducir el texto anterior.

Tened en cuenta que se trata de traducción libre, no literal. Yo sigo pensando que en portugués se entendía perfectamente.

Andaba un fraile pidiendo cuando llegó a una casa de labranza en la que le negaron la limosna. Como quiera que el pobre hombre se caía de hambre, dijo: "Veré si puedo hacerme un caldito de piedra" y, agachándose cogió una piedra del suelo, la limpió cuidadosamente y la miró por todos lados para ver si era buena para hacer caldo.

Los presentes se pusieron a reír ante semejante ocurrencia.

"Entonces- dijo el fraile- ¿Nunca han comido sopa de piedra?". "Pues no saben lo que se pierden".

"Eso habrá que verlo- respondieron".

Justo lo que quería oír el clérigo. Lavó la piedra y pidió un puchero prestado. Le dieron uno de barro. Lo llenó de agua y puso la piedra cuidadosamente en el fondo. Pidió, a continuación, permiso para acercar la cazuela al fuego, lo que le fue concedido sin problemas.

En cuanto aquello empezó a hervir, se volvió hacia los presentes diciendo: "Esto queda de primera si se le pone un poquito de manteca". Fueron a buscarle un poco de manteca.

La gente de la casa observaba entusiasmada como la sopa hervía y hervía.

Probó el fraile la sopa y la encontró algo sosa, por lo que reclamó unos granitos de sal. Se la dieron.

Sazonó el guiso, probó y dijo: "Ahora a esto se le ponen dos hojas de col y comida de ángeles." La dueña de la casa salió al huerto regresando con dos coles frescas. El fraile las limpió y las cortó con las manos añadiéndolas al puchero.

Cuando hubieron hervido, pidió unas rodajas de chorizo porque "le dan una gracia...".

No dudaron en traerle lo que pedía y que echó al puchero con todo lo demás.

Cuando el guiso estuvo terminado, sacó un pedazo de pan de sus alforjas y se puso a comer lentamente. La sopa olía que alimentaba. Comió y se relamió.

Cuando la cazuela quedó vacía, sacó la piedra del fondo.

La gente de la casa, que no daba crédito a sus ojos le preguntaron: "¿Hermano, qué va a hacer usted con la piedra?".

"Muy sencillo- contestó el fraile-. La piedra la lavo y me la llevo para la próxima vez".

domingo, 4 de octubre de 2009

SOPA DE PIEDRA

En el pueblo de Almeirim, en las proximidades de Santarem, no hay ningún restaurante que no ofrezca a sus clientes la famosa sopa de piedra.
En toda la zona muchos restaurantes la presentan en sus cartas como plato estrella, incluso la ofrecen en sus letreros luminosos.
En realidad se trata del cocido, la olla podrida o el guiso tradicional de legumbres con carne que hay en todas partes; pero aquí lo bonito es que esta sopa tiene una leyenda en torno a ella. En todos los sitios donde he buscado la leyenda del fraile, cuentan exactamente lo mismo, palabra por palabra, punto por punto y coma por coma. Por eso la voy a respetar en su versión portuguesa y la pongo aquí sin traducir. Si tenéis problemas, la publico traducida y punto.

El cuento dice así:

"Um frade andava no peditório. Chegou à porta de um lavrador, não lhe quiseram aí dar esmola. O frade estava a cair com fome, e disse:- Vou ver se faço um caldinho de pedra!E pegou numa pedra do chão, sacudiu-lhe a terra e pôs-se a olhar para ela, para ver se era boa para fazer um caldo. A gente da casa pôs-se a rir do frade e daquela lembrança.Perguntou o frade :- Então nunca comeram caldo de pedra? Só lhes digo que é uma coisa boa.Responderam-lhe :- Sempre queremos ver isso!Foi o que o frade quis ouvir. Depois de ter lavado a pedra, pediu :- Se me emprestassem aí um pucarinho.Deram-lhe uma panela de barro. Ele encheu-a de água e deitou-lhe a pedra dentro.- Agora, se me deixassem estar a panelinha aí ao pé das brasas.Deixaram. Assim que a panela começou a chiar, tornou ele :- Com um bocadinho de unto, é que o caldo ficava um primor!Foram-lhe buscar um pedaço de unto. Ferveu, ferveu, e a gente da casa pasmada pelo que via. Dizia o frade, provando o caldo :- Está um bocadinho insosso. Bem precisava de uma pedrinha de sal.Também lhe deram o sal. Temperou, provou e afirmou :- Agora é que, com uns olhinhos de couve o caldo ficava que até os anjos o comeriam!A dona da casa foi à horta e trouxe-lhe duas couves tenras.O frade limpou-as e ripou-as com os dedos, deitando as folhas na panela.Quando os olhos já estavam aferventados, disse o frade :- Ai, um naquinho de chouriço é que lhe dava uma graça.Trouxeram-lhe um pedaço de chouriço. Ele botou-o à panela e, enquanto se cozia, tirou do alforje pão e arranjou-se para comer com vagar. O caldo cheirava que era uma regalo. Comeu e lambeu o beiço. Depois de despejada a panela, ficou a pedra no fundo. A gente da casa, que estava com os olhos nele, perguntou:- Ó senhor frade, então a pedra?Respondeu o frade :- A pedra lavo-a e levo-a comigo para outra vez."



Receta de la sopa de piedra obtenida directamente de la web oficial de la cámara municipal de Almeirim.

Ingredientes:
2,5 l de agua

1 kg de judías rojas
1 oreja de cerdo
1 chorizo
1 morcilla
200g de panceta
2 cebollas
2 dientes de alho
750g de patatas
1 rama de cilantro o hierbabuena.
Sal, laurel y pimenta.


Preparación:

La víspera hay que poner las judías en remojo y limpiar a conciencia la oreja de cerdo.
En un puchero hervir el agua con las judías, añadir las cebollas, los embutidos, la oreja, el ajo y las hojas de laurel. Sazonar con sal y pimienta.
Añadir más agua si fuese necesario.
Cuando las carnes estén hechas, retirarlas del fuego y cortarlas en pedazos. Añadir al guiso las patatas cortadas en cubos y el ramo de cilantro o hierbabuena. Dejar de cocer lentamente hasta que las patatas estén en su punto.
Verter las carnes cortadas en el guiso. Colocar en los platos una piedra bien limpia y servir la sopa en ellos.
En algunas recetas retiran unas cuantas judías y una cucharada de patatas para hacer un puré con la finalidad de hacer más espeso el caldo.

sábado, 3 de octubre de 2009

DOS DÍAS EN PORTUGAL

Hemos estado dos días haciendo turismo por Portugal.
Teníamos que llevar a Dionisio a Lisboa que cogía un avión allí, y a mí me daba igual llevarlo a Lisboa que a Madrid, estamos a la misma distancia de un sitio u otro y el vuelo desde Lisboa es mucho más barato.
Nos tomamos la cosa con tranquilidad y fuimos haciendo turismo.

Visitamos Vilaviçosa, que habiendo pasado cientos de veces por delante y nunca habíamos parado. Dimos un paseo por la zona amurallada, vimos, como no, el enorme Palacio Ducal (No estaba abierto, así que sólo lo vimos por fuera) y la Poussada que tiene un bonito claustro y unas termas romanas muy bien conservadas.
A comer a Évora. En Portugal tiene por costumbre comer muy temprano, así que tuvimos que andar buscando un sitio que tuviese la cocina abierta. Por supuesto, lo encontramos.
Tras dejar los viajeros en Lisboa, continuamos camino hasta Bombarral, donde teníamos la intención de pasar la noche, visitar alguna bodega por la mañana y comprar vino.
Dimos un buen paseo por Bombarral y me llamó la atención la publicidad de un restaurante que ofrecía la "sopa da pedra", de la que hablaré luego. Por la mañana, visita al museo de la ciudad y compra de vino para renovar la bodega.
Después la obligada visita al sitio más bonito del mundo: Peniche. Y allí, Cabo Carvoeiro (de donde ya he hablado en http://valdomicer.blogspot.com/2009_07_01_archive.html) y, por supuesto tomar la famosa "salada de polvo" en el nau dos corvos. Pura ceremonia. El año que viene, más.
Y, siguiendo el ceremonial, Rio Maior y a las salinas "As marinhas da sal", a comprar sal precisamente.
Entramos en la oficina de turismo y allí me nombraron la palabra mágica: dolmen. A unos ocho kilómetros, por una carretera infame, en Alcobertas, hay un dolmen. De los más grandes de la península, tiene la particularidad de estar convertido en capilla bajo la advocación de Sta. María Magdalena. Era la primera vez que oía hablar de dólmenes consagrados al culto cristiano, pero en Portugal existen dos más. A su lado se construyó la iglesia parroquial a la que se encuentra adosado y tiene acceso desde el interior de la misma. El regreso lo hicimos casi sin darnos cuenta. Las dos terceras partes del camino son por autopistas.
La sopa da pedra, os la cuento mañana.