jueves, 30 de abril de 2009

ES TIEMPO DE ANDANZAS: ÉVORA

En medio de una exuberante dehesa de alcornoques se encuentra el "Cromeleque dos Almendres", conocido también como "Alto das pedras talhas", es el mayor recinto megalítico de la Península Ibérica y uno de los monumentos más antiguos de la humanidad.

Está formado por cerca de un centenar de monolitos algunos de los cuales están decorados con grabados. Edificado hace casi 7.000 años, en el Neolítico Inferior, presenta una planta oval resultado de ampliaciones y remodelaciones posteriores.



Originalmente era una estructura en forma de herradura abierta hacia el Naciente, a semejanza de otros recintos megalíticos conocidos de la región.
Se ignora su función, aunque datos arqueológicos recientes evidencian la disposición e implantación de algunos monolitos coincidentes con los movimientos astronómicos elementales del Sol y de la Luna señalando los solsticios y equinocios.

Por otro lado algunos elementos decorativos y la aparente esquematización antropomórfica de los menhires parecen constituir, a escala monumental, la primera representación escultórica de entidades tutoras de los más ancestrales linajes del poder.

El "menhir dos Almendres" de forma ovoide alargada es un ejemplar característico de los menhires de la región de Évora. Datado entre el Neolítico Inferior y el Medio, presenta en la parte superior un báculo grabado en bajorrelieve, motivo común ligado a las sociedades agro-pastoriles de los pueblos neolíticos.
Su localización parece relacionarse con el recinto megalítico dos Almendres dado que está alineado con el mismo en la dirección del nacimiento del Sol en el Solsticio de Verano.
En Guadalupe, que así se llama el pueblecito en cuyo término se encuentran estas maravillas pudimos comer una "açorda" de judías pintas con arroz y verduras y una excepcional "perna de porco alentejana" que es carne de cerdo con almejas, todo ello regado con un vinillo de Reguengos y para rematar, los incomparables postres que te ponen en cualquier lugar de Portugal. (Yo, como siempre, me tuve que conformar con mirar).

En las paredes del restaurante había un cartel que decía:" O vinho é o maior inimigo do homen, mas virar as costas ao inimigo é cobardía".

Un café de los que te espabilan sólo con el olor y en diez minutos, en Évora; pero eso es para otro día.

domingo, 26 de abril de 2009

PAMIBLÓ

Hace años que desayuno todos los días en la misma cafetería porque tiene una particularidad que la hace excepcional: No tiene televisor.

Tengo por costumbre sentarme en un velador ocupando un discreto rincón en el que tomo mi café y leo la prensa antes de que se le seque la tinta.

Hace unos días entraron dos señoras de mediana edad y vi por el rabillo del ojo como una de ellas hacía señales a la otra moviendo levemente la cabeza hacia mí, pude adivinar cómo le decía a su compañera: "Tiene un blog".

Y es que tener un blog confiere notoriedad.

No hay político ni periodista, actor o escritor que se precien que no mantenga un blog. Es más, ni siquiera la divinidad puede prescindir de tener el suyo (ver : http://soydiosytengounblog.blogspot.com/ ).


Mi amigo Gimeno de Flor y Otrasyerbas mantiene un interesante blog sobre el cultivo de las leguminosas de secano. El martes, su mujer le dijo aquello de "Elije, el blog o yo", el jueves publicaba una erudita entrada adornada con hermosísimas ilustraciones hechas a mano y fotografías a todo color, titulada "El altramuz salvaje", lo que da idea de cómo están las cosas.

Estas moderneces provocan la creación de neologismos. El más oído últimamente es "pamibló". Pronto hemos de ver a los académicos de nuestra lengua añadiendo el palabro al diccionario de la misma, mientras aparece en las nuevas ediciones de los diccionarios de uso y los de antónimos y sinónimos.

La semana pasada vi en la avenida más concurrida de mi pueblo cómo un policía municipal, libreta en ristre y armado de bolígrafo Bic ponía una multa a un alegre muchachito que había aparcado su coche delante de la salida de emergencias de un centro sanitario, mientras su no menos divertida novia hacía fotos del evento con su teléfono móvil. Al advertir el muchacho mi cara de asombro me miró fijamente y me espetó: "Es pamibló".

Haciendo un repaso, en esto últimos días he oído cosas así:
- “Estoy haciendo un diseño bonito pamibló”.
- “Pero ¿Le estás haciendo fotos a la sopa de fideos?”. "Pamibló".
- “Busco noticias pamibló”.
- “¿Tu le pones sardinas al arroz con leche condensada?” . "Es un experimento, pamibló".
Y si alguien pregunta ¿A quién quieres más a papá o a m....? no dejamos terminar la frase, contestamos sin dudar: "Amibló".

miércoles, 22 de abril de 2009

RECETA INVITADA Nº 2. FIDEUÁ DE VERDURAS Y MORCILLA DE ARROZ.

Esta segunda receta la manda Swyx http://swyx79.blogspot.com/ Es un poquito larga pero merece la pena.

1.- Ingredientes: una cebolla, un pimiento verde, un pimiento rojo, dos carlotas (zanahorias), unas bajocas anchas (judías verdes), una berenjena, un diente de ajo, una morcilla de arroz, tres o cuatro carxofas (alcachofas), una penca de apio, una pastilla de caldo knor starlux (mejor que la de avecrem), tomate frito, un paquete de fideuá (o fideo grueso), sal, pimienta, pimentón dulce, pimentón picante, aceite, colorante alimenticio y agua.

2.- Nos entretenemos como media hora larga en preparar los ingredientes: trocear verduras, picar morcilla y tener todo a mano.


3.- En un perol con agua en abundancia, echamos unas gotas de aceite, el apio, sal, pimienta, la pastilla de avecrem y todas las capas superiores y duricias que vamos quitando de las verduras que estamos preparando. Así conseguimos un caldo con sabor a verdura que luego colaremos para no encontrarnos tropezones indeseados.

4.- En una sartén hermosa con bastante aceite, empezamos a freir la verdura. Yo lo he hecho en este orden: cebolla, ajo, pimientos y judías y, cuando eso ya estaba pochando un rato a fuego medio-alto (4 de 6), he puesto las alcachofas y la berenjena. En un par de minutos, he puesto la morcilla y el tomate frito con un poco de sal y pimienta. Ya a fuego medio (3 de 6), he dejado que eso hiciera chup-chup -cómo me gusta esta expresión- como cinco minutos o así. Todo ello sin dejar de remover con una cuchara de madera. En el otro fogón se estaba terminando de calentar el caldo.
5.- Pasar de la sartén a una cacerola más amplia el sofrito y darle un par de vueltas con el mismo fuego. Añadir pimentón dulce y picante y preparar el caldo para ponérselo como diez-veinte segundos después de echar el pimentón para que no se queme. Cubrir de caldo el sofrito y llevar a hervor a fuego alto.

6.- Añadir el fideo al mejunje y bajar el fuego de alto (6 de 6) a medio o medio bajo (3 de 6) ó (2 de 6) para que no se pegue al fondo del perol la mezcla. Agregar un poco de colorante alimenticio de ese naranja que suple, pobremente, al azafrán. Ir removiendo al gusto con la cuchara de madera hasta que ves que eso ya está para sacar al público.

7.- Si empieza a empastarse mucho el asunto, echar más caldo para separar los ingredientes y darle una consistencia más ligera al guiso.
8.- Catar de sal y si está bien, emplatar. Si le falta, se le pone y, bueno, si te has pasado, emplatas y la gente te dirá: "coño, que malo está esto" cuando lo has hecho de todo corazón. Que no es el caso.

Las fotos adjuntas llevan un número y una especificación: la primera es la verdura troceada a tacos, la segunda es el sofrito cuando se está haciendo, en la tercera aparece ya el agua y los fideos y la cuarta es la presentación. Está más bueno de lo que parece.

Y ya tenemos listo el yantar. Nos leemos.
Anexo a la receta. Los "trucos del almendruco".

1.- A ver, la morcilla estaba hecha a la plancha antes de picarla y echarla al sofrito.

2.- A la hora de meter en el agua todo lo que quitamos de las verduras (para hacer el caldo), pincho con un tenedor o un cuchillo todo para que deje más sustancia.

3.- A la alcachofa le he puesto un poco de limón en crudo para que no deje el aceite negro. O no se pongan negra ella. Sé que es para algo de eso, pero ahora no me acuerdo bien.

Y creo que ya está.

Y ésta es la colección de sellos que le mando como regalo por su colaboración.

COMENTARIO ELOGIOSO.

Hace mi amigo Víctor unos comentarios muy elogiosos hacia mi persona en su blog.
Si alguien duda, en fin, de mi buen hacer, aquí tiene respuesta.
http://blogs.tercerainformacion.es/victorcasco/2009/04/21/cassouet-a-la-maison-valentin/
Podéis seguir elogiándome, que como veis, me lo tomo con la más humilde de las modestias.
No pongo fotos porque no las tengo y no me beso porque no me llego.
Nota: La redacción no se hace responsable de los comentarios vertidos o derramados en este post.
Otra nota: La soberbia es pecado.

viernes, 17 de abril de 2009

ABADEJO A LA REPUBLICANA

Se ha dado la graciosa coincidencia de hablar del bacalao con la conmemoración del día de la república.
Doy mi palabra de no haber preparado nada. Así que me vino a la memoria una receta de "El Practicón", libro al que ya he hecho referencia, del abadejo a la republicana.
Debo aclarar que, en el primer caso se recuerda la II república (1931-1939), mientras que en la receta, se hace referencia a la primera (1873-1874).



Aquí la transcripción literal del texto:

Abadejo á la republicana ó bacalao con leche

Cuenta Sánchez Pérez-que ya es como de la casa en este libro,—en un preciosísimo artículo de los suyos, que en cierta ocasión, y en un día de jarana en Madrid, le ocurrieron ó pudieron ocurrir muchas cosas, y termina con estas líneas que sirven de introducción á su fórmula del abadejo á la republicana.. . . .
«El hecho fué que llegamos á casa sanos y- que mis padres no permitieron á su amigo, el cual, sin soltarme ni un momento de la mano, me había acompañado hasta allí, volverse á la suya. Habría sido, en efecto, exponerse á una muerte casi segura, porque ya la lucha se había generalizado y sonaban por todas partes descargas de fusilería y cañonazos.
Tranquilos ya, sosegados y relativamente alegres por vernos en puerto de seguridad, comenzamos a pensar en la cena... ¡Ay! Ni había cena ni era posible pensar en que la doméstica saliese á buscarla. ¡Buenas estaban aquellas calles!
—No hay que apurarse,—dijo entonces el amigo que nos había acompañado;—ustedes me dan hospitalidad por esta noche, y en pago voy á dar á ustedes una cena que haré yo mismo. Esta casa, siguió diciendo, tiene salida á dos calles: la de la Cava Baja, una; la del Almendro, otra; por la primera hay una tienda de comestibles, con la cual podemos comunicarnos por el patio; por la segunda una casa de vacas, que tiene entrada por el portal de ustedes. Esto me permite convidarlos; bien entendido, que yo hago la cena y yo la pago, porque ya se sabe que el que la hace la paga. Y no hubo apelación: mis padres, movidos por la curiosidad, y la familia menuda, sugestionada por el apetito, nos resignamos á transigir, y el anfitrión cocinero, ó viceversa, comenzó sus operaciones.
En la tienda compró cinco cuarterones de abadejo que él mismo escogió; en la vaquería un cuartillo de leche, que hizo ordeñar á su presencia; entonces aún no estaban en uso las medidas y pesas de! sistema decimal, ni había idea aquí de que existiesen kilogramos ni litros por el mundo.
—Aquí tenemos la primera materia,-,dijo al volver con sus compras;— ahora vamos á la cocina. Antes de todo voy á desalar este bacalao,y lo puso en agua fresca, á la cual echó en seguida más de un cuarterón de sal.
Yo no comprendía que para desalar una cosa se le pusiere tanta sal; pero mi jefe—le llamo así porque se empeñó en que le sirviese yo de pinche—adivinando por mi semblante lo que pensaba, me dió dos palmaditas en la espalda y me dijo: “Cuando, pasados algunos años te expliquen en la clase de química la ley de las afinidades comprenderás esto; ahora no puedes comprenderlo, pero ya verás cómo le quitamos la sal al bacalao.”
Pidió después dos cacerolas: en una puso agua; la otra quedó de reserva para ulterior empleo.
Dejó transcurrir una hora, durante la cual me hizo picar un poco de cebolla y otro poco de perejil, rallar nuez moscada y preparar harina.
Partió después el bacalao en pedacitos muy delgados y lo fue colocando en la cacerola de agua; concluida esta operación, que llevó a cabo con toda parsimonia, puso al fuego la cacerola y no se separaró del fogón hasta que el agua hubo comenzado á hervir; entonces la retiró de la lumbre, la tapó cuidadosamente y dejó en reposo el bacalao.
Había llegada el turno á la segunda cacerola. Puso en ella dos onzas de manteca de cerdo, dos cucharadas soperas de harina, la cebolla, el perejil, y la nuez moscada.
Y me ordenó que mientras iba él echando en la cacerola, y con lentitud, el cuartillo de leche, diese yo vueltas con una cuchara de boj, y siempre en un mismo sentido, á la mezcla ¿Vamos á hacer natillas? le pregunté. «Una cosa así» respondió riéndose.
Cuando calculó que la salsa tenía consistencia bastante, sacó de la cacerola primera el bacalao; después de secarlo escrupulosamente, lo trasladó á la cacerola segunda; colocó ésta al fuego, la dejó el tiempo necesario para que diese un hervor, y dijo en tono de seriedad cómica: «Está hecha la cena.»
El plato resultó exquisito; nos supo á poco, y ni uno de nosotros echó de menos el clásico guisado de carne y la consabida ensalada, que constituían los dos platos obligados, de la cena ordinaria.
Al concluir de cenar, el fuego de fusilería sonaba más fuerte que nunca.
Nuestro cocinero que era por cierto muy demócrata, dijo que aquel plato se nombraba abadejo á la republicana; pero que si él nombre nos asustaba, lo titulásemos bacalao con leche.
«Yo preferí, concluye diciendo Sánchez Pérez, el primero de esos dos nombres, pero doy el segundo para los asustadizos,»

miércoles, 15 de abril de 2009

GULAS DOURADAS

Me comenta Adi, mi paisana, que le gusta el surimi y sé que también le gusta ese platillo portugués que se llama "bacalhau dourado".
Dado que ese pescado y un servidor no nos hablamos y, para no quedarme sin el guiso, lo que hago es trampa. Lo preparo con gulas de surimi que, en definitiva está hecho con abadejo, y que no deja de ser una especie del citado bichejo.
No es en sí un plato en la comida. Se trata de una tapita o un aperitivo para acompañar al vino y que no se sienta solo. Le va a cualquier vino blanco, la cazuelina de la foto me la comí con una copita de mosto del Aljarafe bien frío.


Tuve que comprar:
Una bandeja de gulas.
Una patata grandecita ella.
Tres huevos. (Bueno, compré una docena; pero sólo utilicé tres).
Un diente de ajo, una guindilla.
Una pizca de pimentón picante de la Vera.
Una cañita de cilantro.
Un chorrito de aceite de oliva virgen extra. (Estas dos últimas cosas no las compré, que las tenía en casa de otros guisos).
También se necesita otro chorretón para freir las patatas.

Modo sensato de proceder para una correcta preparación:
Pélese la patata y, después de un pulcro lavado, córtese en finas láminas. Dichas láminas han de ser cortadas, a su vez, en delgadísimos bastones que serán fritos, a continuación, en hirviente aceite. Retírense en el mismo instante en que tomen coloración tostada y háganse secar sobre papel absorbente.
Pongamos al fuego una sartén con el chorrito de aceite a calentar, agreguémosle el ajo y la guindilla que, una vez dorados, retiraremos cuidadosamente. Apártese la sartén del fuego antes de dejar caer sobre ella una pizca de pimentón.
Ábrase la bandeja de gulas y déseles libertad sobre la sartén, eso si, poca, que luego se queman. Apenas hayan tomado temperatura, viértanse sobre ellas las patatas paja, que es así como se llaman las patatas que hicimos al principio. Y sin dejarlas tomar respiro, les cascamos los tres huevos encima. Remuévase con ahínco hasta el preciso cuaje de los huevos,. (Hay a quien le gusta más y a quien le gusta menos). Píquese finamente el cilantro y riéguese por encima.
Distribúyanse por las cazuelitas y, antes de que se enfríen, dése buena cuenta de ello.

martes, 14 de abril de 2009

sábado, 11 de abril de 2009

PONCHE DE SURIMI

No hay nada como tener amigos, aunque, a veces son los amigos los que me tiene a mí y, claro, abusan. Que Gloria cumple años, pues me invitan para que aporte alguno de mis inventos. Tengo que reconocer que no son inventos, es simple y llanamente plagio.
Me invitan y me sugieren "algo sencillito, como el pastel ese de bernejenas que tu sabes..." y no. Ya he llevado suficientes veces el pastel de berengenas, y además no me apetece. Así que cambio el argumento y me decido por un "ponche de cangrejo", que te vas a "El corte inglés" y te cobran una pasta por él. Lo hago y, cuando me dispongo a llevarlo, me llaman que mamá se ha puesto mala y salimos corriendo para las urgencias.
El caso es que el ponche se quedó aquí unos cuantos días y Gloria tuvo que celebrar su cumpleaños con fiambres y esas cosas. (Digo yo, que no estuve).
Está bien rico y es barato y fácil de hacer.


Precísanse:
Mayonesa blasfema.
Una docena de palitos de cangrejo hipócrita.
Gulas de lomo rosa. (surimi).
Pan de enrollar. (En el buen sentido). (O en el otro, que me estoy liando). Es un pan de molde sin corteza y cortado en sentido longitudinal y mucho más delgado.
Para la mayonesa blasfema (dice ser lo que no es):
Dos o tres cucharadas de salsa ligera.
Una cucharadita de mostaza de Dijon.
Dos o tres cucharaditas de nata líquida.
Un toque de salsa Worcestershire (Salsa Perrins, para los amigos).
Modo de actuar:
En un bol se ponen los ingredientes de la salsa y se mezclan con interés.
En una taza se pone otra cucharada de salsa ligera y un chorro de leche.
Los palitos de cangrejo se desenrollan con esmero y se desmenuzan con fruición y con un cuchillo bien afilado, se agregan al bol y se continúa mezclando.
En una bandeja más larga que ancha, se van alternando láminas de pan (humedecido con la mezcla de la taza) y de la mezcla de bol.
Si nos hemos quedado cortos, preparamos más y listo. Se remata con las gulas.
Se corta en porciones y se come con la mano.

viernes, 10 de abril de 2009

RECETA INVITADA NÚMERO UNO. SOPA PARAGUAYA

Alejandra Ocampo (Alejandra: Qué bonito nombre), con URL http://abrujandra.blogspot.com/ me manda la primera receta, que transcribo literalmente. O sea, cortar y pegar.
Ya le avierto, correo aparte, que aquí no voy a encontrar la harina de maiz para polenta. La buscaré.
El texto enviado reza así:

Buen día (acá faltan 30 minutos para el mediodía)....apúnteme, anóteme, inscríbame, acá le mando una receta popular en el norte de nuestro país...traído de tierras paraguayas donde es más popular aún, se llama "sopa paraguaya" que de sopa no tiene nada como verá.

Por cada kilo de harina de maíz, debe ser de esa tipo polenta, en Paraguay la llaman "abatí" y se trata de los granos secos de la mazorca de maíz pisados en mortero.
Ocho huevos
Medio kilo de queso tipo parmesano.
Setecientos cincuenta gramos aprox. de cebolla picada y rehogada.
Leche, cantidad necesaria.

Proceso:
Horno caliente, en un bol colocar el kilo de polenta y cubrirlo con leche dejando que repose y así logramos que se hidrate ir controlando cada tanto (cinco minutos aprox.) si la mezcla necesita más leche, debe quedar chirlo (ignoro el término que usarán allá, pero no debe quedar duro, en una de las fotos lo puede ver). Batir los huevos e incorporarlos a la mezcla, también la cebolla rehogada y el queso en cubos, salar si así gusta.
Aceitar una asadera y llevarla a horno medio, antes echarle un poco de aceite en la superficie.
Tarda aprox. media hora en hornearse, el truco del cuchillo en medio no funciona con esta preparación, para saber si está lista debe abrir un poco al medio y probar.

El regalo consiste en esta colección de sellos de correos que ya le envío a la dirección que me ha dado.

REGRESO A LA RUTINA

Desde el día 24 de Marzo hasta hoy han transcurrido 16 días. Medio mes largo.
Han sido días muy largos. Mi madre se puso enferma y hubo que ingresarla en una clínica donde ha permanecido cinco días. Despues, Cáceres se convirtió en la ciudad mundial de la filosofía y me tocó, como siempre, ser notario audiovisual del evento.
Despues vino el turno del marcapasos para la pobre mamá. El cardiólogo dijo que, dada su calidad de vida, y a pesar de sus 93 añitos de nada, merecía la pena el riesgo y, lo ha merecido. Ha quedado como a los quince.
Por último, el ordenador ha sufrido un ataque de Alzheimer (falta de memoria) y lo he llevado al taller por 24 horas. Lástima que el criterio de los mecánicos no coincidía con el mío y se ha prolongado en lo que, para mí, han sido nueve días. El mecánico insiste en las veinticuatro horas. No creo que lleguemos a ningún acuerdo.
El caso es que según el mecánico esto va ahora "como un tiro". Él sabrá.

Haciendo memoria:
Había ofrecido mi espacio para que quien quisiera, expusiese sus fetiches. Será porque ya no hay fetiches, o que son lo suficientemente deshonestos como para evitar hacerlos públicos; pero no hay ninguna oferta.
También lo había ofrecido para las recetas y aquí, parece ser que la cosa ha tenido mas éxito. Así que, a renglón seguido, publicaré la primera a pesar de que dentro de unas horas tengo que ir al aeropuerto de Barajas a recoger a los ingleses que vienen a pasar unos días (según mi particular manera de verlo, no pasará de unas cuantas horas).
Voy a estar muy liado.
Luego mi madre dirá aquello de: "Tu, como estás jubilado, y no tienes nada que hacer....". Esto de la jubilación es muy estresante y además, no hay vacaciones.