jueves, 12 de marzo de 2009

LA MONJA EGERIA: LA PRIMERA TURISTA.

Hace ya unos días vino por casa Victor Casco con el fin de asesorarme sobre unos sellos, tema que yo ignoro y que él domina. Por allí aparecieron unos conmemorativos de un personaje, hasta entonces desconocido para mí, la monja Egeria. Al pedirle información sobre el personaje, me dijo que tenía intención de incluir una entrada sobre ella en su blog. Me conminó a “no hacer trampas” y esperar hasta su publicación.
Entiendo que toda fidelidad tiene fecha de caducidad y dados los días pasados desde entonces, al no haber cumplido él lo estipulado, lo hago yo.



Egeria:
Es el nombre con el cual generalmente es conocida una piadosa dama que peregrinó a los Santos Lugares, dejando un minucioso relato de su viaje, el “Itinerarium”.
En el texto conservado faltan el comienzo y la última parte.
Se supone que el viaje a Oriente tuvo lugar entre el 393 y 396.
Aunque sus datos biográficos son pocos, se supone que era originaria de la provincia romana hispana de la Gallaecia
, e incluso algún autor ha propuesto la posibilidad de que pudiera pertenecer a la comarca de El Bierzo, en la Gallaecia interior. En algún trabajo especializado ha sido considerada la posibilidad de su parentesco con la primera mujer de Teodosio el grande.A. Lambert ha avanzado una hipótesis según la cual se trataría de la hermana de Gala, de quien habla S. Jerónimo. Esta hipótesis y su cualidad de mujer independiente y audaz, así como su origen galaico, han servido como base para adscribirla al movimiento priscilianista. Algunos datos sobre los que no parece haber discusión son su ascendencia noble, su posición económica acomodada y su notable cultura. En sus escritos se revela como una mujer de profunda religiosidad pero también (en boca de la propia Egeria) de ilimitada curiosidad.
El “Itinerarium” se divide en dos partes, la primera narra el viaje y comienza cuando Egeria está a punto de subir al
monte Sinaí, tras haber visitado Jerusalén, Belén, Galilea y Hebrón. Desde ahí se dirige al monte Horeb, y regresa después a Jerusalén atravesando el país de Gesén. Viaja después al monte Nebo y a Samaria, y cuando se cumplen tres años de su partida vuelve de nuevo a Jerusalén y decide regresar a Gallaecia. Durante su regreso visita Tarso, se detiene en Edesa, visita Siria y Mesopotamia, y de nuevo a Tarso. Desde ahí pone rumbo a Bitinia y Constantinopla. El diario del viaje termina en ese punto, aunque antes de concluir aún expresa su deseo de visitar Éfeso. Su rastro se pierde con la llegada a Constantinopla, incluso se desconoce si regresó a la Península.
Perteneció a un rango social elevado. Disponía indudablemente de bienes económicos considerables, los que le permitirían realizar el viaje en las condiciones en que lo hizo. Obispos, monjes y militares la acogen con honor y le dispensan fácilmente protección. Su cultura era superior a la vulgar
A través de todo el relato se pone de manifiesto el carácter ingenuo, el candor y la credulidad de la viajera. Las narraciones de las Sagradas Escrituras así como las leyendas que le cuentan las personas que encuentra por el camino y que le colman de bendiciones y los más mínimos detalles la maravillan y la llenan de entusiasmo.
En la segunda parte se da una descripción de la liturgia tal como se celebraba en Jerusalén: el oficio diario, los oficios propios del domingo, las celebraciones en el curso del año litúrgico, aportando una serie de detalles relativos a la Semana Santa y Fiestas de Pascua.
El “Itinerarium” de Egeria constituye un documento de gran interés. Es una fuente importantísima para el conocimiento de la liturgia tal como se desarrollaba en una época bastante oscura; los pocos escritores de aquel momento dan indicaciones muy vagas y muy incompletas, Egeria, en cambio, las da profusamente. Tiene interés, asimismo, por el hecho de constituir una prueba de la antigüedad de la tradición relativa a muchos lugares bíblicos.

2 comentarios:

ana dijo...

La verdad es que nunca había oido hablar de ella.

Bueno pues hoy aprendo algo más.

Y seguro que por lo menos el nombre no se me olvidará.

Valdomicer dijo...

También la puedes encontrar como: Eteria, Ætheria, Etheria, e incluso Arteria o Geria.
El domingo pasado conmemorábamos el día de la mujer sin ser conscientes de la cantidad de mujeres importantes y de carácter que ha habido y que hemos ocultado. Va siendo hora de "sacarlas del armario".