martes, 23 de diciembre de 2008

MILAGRO EN DONNA NOOK



Vista desde el cielo, Inglaterra es como el juego del Monopoly sobre una mesa de billar. Millones de casitas sobre un fondo verde.
Tenemos suerte porque la mañana está despejada y, a pesar de ser los últimos días de Noviembre, nos dice el piloto que la temperatura en el aeropuerto de Nottingham es de 8 grados a las nueve de la mañana. Finales de Noviembre no parece época para hacer turismo; pero es cuando vienen las focas a dar a luz a la cercana playa de Donna Nook en el condado de Lincolnshire, a una hora de aquí en coche.
Donna Nook es un enorme banco de arena en el estuario del río Humber en el Mar del Norte. Allí las focas alumbran y amamantan sus crías, indiferentes a los curiosos que acudimos atraídos por el espectáculo del que nos separa una débil valla de maderos. Grupos ecologistas controlan el paso de la gente y hacen recuento del número de crías nacidas en el año.
Enormes machos se pasean cuidando su harén. Con un poco de suerte se puede asistir a alguna pelea entre ellos. Las focas hembra, apenas han dado a luz, son cubiertas de nuevo y cuando regresan al agua, llevan la semilla dentro de sí, para ser fecundadas cuando llegue la primavera y estén en el agua hasta que vuelva Noviembre.

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